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EL MEJOR MÉTODO PARA LIBERARTE

DE LA ADICCIÓN  AL  ALCOHOL

"Los adictos no consumen por las razones que no deberían consumir,

sino por las razones por las que si consumen"   [Geoffrey J. Molloy]

¿Qué conseguirás con esta publicación?
 
Conocer un novedoso método para liberarle de la dependencia a su adicción y disfrutar del proceso de liberación desde el principio.
Recomendamos revisar previamente la publicación "Programación Neurolingüistica" (en la página SERVICIOS), que es hasta la fecha la técnica mas poderosa y segura para hacer cambio inmediato a corto plazo y abandonar las conductas inadecuadas de la adicción.
Contenido
Introducción
Mitos en el mundo de las adicciones
PASO 1: ¿Cómo saber si se sufre de adicción al alcohol?
PASO 2: Cómo pensar en uno mismo si se tiene una adicción.
PASO 3: Reconocer el momento clave de una adicción
PASO 4: Estrategias para evitar ver la adicción que se padece
PASO 5: Comprender qué curre en el momento clave de la adicción
PASO 6: Estrategias a corto plazo para tratar la adicción
PASO 7: Cómo tratar la adicción a largo plazo
Vivir con un adicto.

1.  Introducción

 

Una de las grandes dificultades para que usted o su familiar se libere de la adicción al alcohol es el modelo de 12 pasos de "Alcoholicos Anónimos" (AA), que considera a la adicción como una enfermedad crónica, incurable y progresiva, cuyo tratamiento es de por vida. Con esa técnica el alcoholismo es absolutamente incurable porque están reforzando los cargos de conciencia, la culpa y miedo. La expectativa, es decir, lo que un paciente espera que suceda, influye en el desarrollo de su enfermedad, provocando incluso que los síntomas desaparezcan o que surjan otros nuevos. El efecto nocebo aparece cuando una persona “tiene miedo de una enfermedad o de las terapias a las que habrá que someterse". Entonces, los efectos secundarios serán mucho más graves.

Por otro lado, profesionales de salud consideran a la adicción a drogas como una patología física y psicológica, cuya base reside en “defectos de carácter” morales de la denominada “personalidad adictiva” de aquél que lo padece, comentando además que el alcoholismo es una enfermedad con la cual el adicto nace, que la persona no es “normal” y que para mantener la abstinencia el camino es largo y difícil, etc.

La adicción al alcohol no es un defecto de carácter ni falta de voluntad, menos una debilidad. Según Eckhart Tolle, autor del afamado libro para encontrar la felicidad: El Poder del Ahora, “Toda adicción nace de una negativa inconsciente a enfrentar el dolor y salir de él. Toda adicción comienza con dolor. No importa a que sustancia sea usted adicto: alcohol, comida, drogas legales o ilegales o una persona. Usted está usando algo o a alguien para ocultar su dolor”. 

 

¿Cuál es la razón de ser de la adicción?

 

La adicción es un comportamiento dirigido a contrarrestar un profundo e insoportable sentimiento de impotencia, que siempre tiene su origen en algo muy importante para el individuo. Conociendo la razón de la adicción permite saber que:

  • Las personas con adicciones no son más débiles que las personas sin adicciones: la gente con alguna adicción tolera la impotencia igual que cualquier otra persona siempre y cuando no afecte a sus puntos débiles.

  • Tener una adicción no es lo mismo que ser impulsivo.

  • Aprender a manejar el sentimiento de impotencia es la clave para tratar la adicción.

  • Las cosas que despiertan la urgencia de llevar a cabo un acto adictivo siempre están relacionadas de algún modo con algo muy importante para la persona que presenta la adicción.

  • Entender la raíz de la adicción es el camino perfecto para llegar a la comprensión total de uno mismo.

 

Una vez que comprendemos los fundamentos emocionales del impulso adictivo, se hace patente que las drogas (o sus efectos en el cerebro) desempeñan un papel mínimo en la adicción. Aparentemente la conducta adictiva es solución (temporal) para soterrar un sentimiento abrumador. Por consiguiente, drogas de todo tipo se usan de forma adictiva, es decir, de una manera compulsiva e instintiva.

El PhD. Deepak Chopra señala: “Miedo al pasado, miedo al futuro, miedo a disfrutar de la alegría real en el presente... muchos temores nos acosan, impulsándonos a sumergirnos en conductas adictivas. El miedo también forma parte de muchos programas de tratamiento de las adicciones. Pero, en mi opinión, para la mayoría de las personas, un enfoque basado en el temor no puede tener éxito durante un largo período”.  Tras los actos adictivos existe una enorme energía, se esconde un impulso muy poderoso. Es imprescindible conocer en qué consiste.

El desencadenante del comportamiento adictivo es la furia desatada por una situación de impotencia. Este particular tipo de furia otorga a la adicción sus características más llamativas de intensidad y pérdida del control. La furia unida a la adicción es, de hecho, bastante habitual.

Las personas caen en comportamientos adictivos al tener que plantar cara a sentimientos abrumadores de impotencia porque se sienten atrapadas y no ven formas más directas de encarar una situación determinada. No obstante, en los escenarios que provocan pensamientos adictivos, hay opciones. Cuando una persona sí comprende cómo funciona la adicción, normalmente puede encarar esa impotencia con alguna acción más directa. Cuando lo hace, se convierte en dueño de su adicción en lugar de en su esclavo.

Según el Dr. Lance Dodes, experto en el tratamiento de adicciones, entender cómo los problemas personales pueden limitarnos a la hora de actuar de forma directa suele ser una forma muy importante para solucionar una adicción.

 

La mala noticia es que no es necesario que se produzca un suceso objetivamente importante para que se caiga en su adicción.  Como todo aquel que sufre una adicción, tiene tendencia a experimentar en la vida cotidiana el tipo de impotencia a la que se haya habituado. Su auténtico desencadenante es la forma en la que la persona que sufre de adicción vive cada acontecimiento.

La buena noticia, sin embargo, es muy buena: Si la acción dependiera por completo de hechos externos, nadie que sufriera una adicción podría ser capaz de llegar a controlarla. Puesto que la adicción es un síntoma, una manera de tratar con sentimientos abrumadores de impotencia, una vez que se conocen cuáles son los propios problemas, se está en posición de controlar y, en última instancia, acabar con el comportamiento adictivo.

Es conveniente dedicar un tiempo a aprender a detectar cuándo surge la necesidad de beber a partir de ocasiones previas. Debería descubrir qué tipo de impotencia le resultaba intolerable.

Otra de las creencias perjudiciales de profesionales es el aceptar supuestas consecuencias positivas en pacientes consumidores de alcohol; como por ejemplo: "me permite olvidar los problemas, relacionarme mejor, me hace estar más alegre, más hablador...". Se demostrará que beber alcohol no aporta ningún auténtico beneficio y que no se renuncia a nada cuando se lo deja. Sin alcohol no sólo se alcanza una real libertad, sino una vida feliz.

Mitos en el mundo de la adicción al alcohol

 

"Alcoholicos Anónimos" se ha encargado de diseminar una serie de mitos sobre la adicción y el comportamiento humano. Romper con esos mitos podría ser la salida para muchos que se encuentran atrapados en su sistema.

MITO 1: Debes "tocar fondo” para poder darte cuenta de tu problema

Básicamente, la idea de este punto es que una vez que tocas fondo, el único camino que te queda es salir escalando desde las profundidades del abismo de la adicción. Por supuesto, no hay cómo definir dónde está el punto más bajo para cada quien, además de que esto coloca a la adicción en una escala medieval que habla del sufrimiento como un paso necesario para lograr la reivindicación. Entrar en conciencia de la adicción no tiene que ver necesariamente con un acto específico, ni con cargar una culpa que debe ser expiada, sino con ser capaz de verse atrapado en un espacio de desesperación que antes parecía invisible

 

MITO 2: Debes abandonar tu voluntad para sentirte bien

No es algo dicho tan explícitamente, pero en los principios de AA está implicada la idea de que hay que abandonarse a la voluntad de Dios. La adicción no es un problema del alma, sino de la mente, no se resuelve abandonando la propia voluntad y esperando que un poder más grande lo resuelva todo. Renunciar a la propia voluntad es aceptar que uno es incapaz de manejar la propia vida, cuando para pelear contra la adicción se necesita lo contrario: empoderarse, volver a poner las manos sobre el volante y el pie sobre el freno.

 

MITO 3: Llevar la cuenta de los días que llevas sobrio es algo útil

En una reunión de AA, puedes preguntar a cualquier miembro cuánto lleva sin tomar y seguramente te dará la cuenta exacta de los días en que no ha probado una sola gota de alcohol. La idea es ver la sobriedad como algo que crece y se expande, ocupando la vida y desplazando la adicción. Pero este punto de vista tiene un lado oscuro: tomar un trago, incluso un solo sorbo, regresa la cuenta a cero, haciendo que se pierda todo lo ganado. Moralmente, resbalar se ve como un gran fracaso, cuando en realidad es algo muy común, pues la adicción se alimenta de experiencias traumáticas y emociones profundas que llevan tiempo para poder ser procesadas.  

Una recaída puede ser incluso útil, si se convierte en una ventana para observar la naturaleza de la propia adicción. Si la sobriedad se ha roto en un momento particular, quizá debamos poner atención a ese momento y cavar hasta encontrar dónde es que la adicción tiene sus raíces.

MITO 4:  Los adictos al alcohol son todos iguales: “alcohólicos”

Esta es la idea básica del tratamiento de AA: un mismo método es válido para sacar a cualquiera de su adicción. En general, se busca dar una idea de comunidad a todos los que tienen un problema con el alcohol, pero al mismo tiempo diluye su individualidad en la identidad del grupo. La palabra alcohólico es reductiva, define a los adictos por su adicción haciéndolos pensar que son diferentes al resto de nosotros: la adicción no es algo que haces, es algo que eres.

La palabra ignora todas las variedades en que se puede presentar una adicción. Cada quién se vuelve adicto por una razón distinta. La adicción no es un simple problema físico, sino que es una estructura que se forma para sostener una psique quebrada. Ciertamente se puede aprender de la experiencia de cada persona, pero eso no quiere decir que los casos de los demás deban ser iguales al mío.

MITO 5: “Un día a la vez”

El famoso lema resume la forma conductista en que AA piensa el comportamiento humano. Se pide a los miembros que no piensen a largo plazo. Esto es un eco de la idea de que la adicción es una fuerza innata que requiere ser contenida todo el tiempo. No hablan de una cura porque la adicción les es incomprensible, es algo a lo que deben resistirse. Sin embargo, visto así, todos los días son iguales, representan el mismo peligro.  

Se piensa en los miembros como niños a los que hay que engañar para que puedan cumplir sus cometidos. Si piensas en abandonar la adicción un día a la vez, esta se volverá un animal acechante y estarás todo el tiempo intentando predecir en qué momento atacará la urgencia. Es más fácil desconcertar a la urgencia mirando el horizonte y reconociendo que puedes escapar de su territorio.

MITO 6: El alcoholismo es una enfermedad degenerativa que no se puede curar

Esto quiere decir que nunca podrás ser libre. Lo mejor que puedes esperar es estar "en recuperación", es decir, sólo es posible "frenar la enfermedad" y detener los efectos luchando diariamente para no volver a caer en la trampa.

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Es adicto quien quire

Las personas no se vuelven adictas porque quieran, sino porque tienen mayor vulnerabilidad genética a serlo. Las personas vulnerables a desarrollar una adicción suelen presentar dificultades intra y/o interpersonales, y una conformación cerebral susceptible a ello.

MITO 2: Se vence la timidez

El alcohol produce tranquilidad, euforia y mejora las relaciones interpersonales, porque potencia el sistema opioide endóngeno del cerebro, pero este sistema no es igual en todos y a menos endofrminas, menos habilidades sociales, como timidez. Si la persona comprueba cómo el alcohol le aporta mejoría, acentúa las opciones de desarrollar una adicción.

MITO 3: La adicción es un vicio

Las adicciones no son un vicio. Una persona dependiente de las drogas tiene una enfermedad real, con base en el cerebro pero con una expresión a nivel de conducta. Su consumo no se debe ni al vicio ni al placer, ni a la falta de voluntad. La adicción acaba produciéndose en el 10% de las personas que consumen sustancias legales o ilegales, ya que tienen una vulnerabilidad cerebral que se manifiesta en determinados síntomas como la ansiedad, la depresión y la hiperactividad.

 

 

MITO 5: Existe un auténtico placer o beneficio en el consumo del alcohol, por tanto, no beber alcohol implica un sacrificio.

Al bebedor le queda la idea de que está en las garras de algo muy potente y que la alternativa es una vida llena de padecimiento.

 

Todo lo que tienes que hacer es no volver a acercar el alcohol a tus labios. seas bebedor de alcohol que aún cree que lo tiene bajo control o seas de los que se han dado cuenta de que no lo tienen bajo control, es el miedo lo que hace que sigas bebiendo. Miedo a nunca más poder disfrutar de la vida, miedo a "¿qué haré en momentos sociales?"; miedo del estigma social, de ser el pobre "bebedor problemático".

Mientras estamos atrapados nos volvemos más conscientes del miedo cuando nos planteamos la idea de dejar de beber. El miedo se asocia a ser no-bebedor. Sin embargo, la realidad es que las personas que no beben alcohol no padecen de ninguno de estos temores. Estos temores están causados por el alcohol mismo.

Ahora cualquier persona con cualquier tipo de adicción, incluso si no es consciente de que es adicto, siente en un nivel intuitivo que está haciendo algo estúpido. Así que adopta una postura defensiva, edificando toda una serie de argumentos para racionalizar su comportamiento.

 

Paso 1: ¿Cómo saber si se sufre de adicción al alcohol?

No eres alcohólico. El “alcoholismo” no es más que una etiqueta artificialmente inventada que tiene poco que ver con la realidad. Si bebes alcohol de modo habitual, estás enganchado al alcohol. Eres un adicto al alcohol.

la persona que bebe alcohol de modo habitual, que “se despierta” y se da cuenta de que no lo tiene bajo control y quiere hacer algo al respecto, se le pone inmediatamente la etiqueta de “alcohólico”.

Se considera a la persona como el problema y no a la droga. Esta es la razón por la que tantas personas ponen tanto esfuerzo en intentar demostrar que son bebedores “normales” y que lo tienen bajo control.

Recuerda que antes de que puedas liberarte, tienes que darte cuenta de que estás atrapado.

Mientras que seguía creyendo que el alcohol me proporcionaba estos beneficios, fue difícil para mí dejarlo. ¿Por qué? Porque sentía que me estaban obligando a renunciar o sacrificar algo. Sin embargo, una vez que me di cuenta de que no sacrificaba absolutamente nada y que el alcohol no me proporcionaba ningún auténtico beneficio, se volvió fácil. No estoy “en recuperación”, ¡soy libre!

Uno de los grandes impedimentos para que te liberes de la adicción al alcohol son los así llamados expertos. comentando vez tras vez: el alcoholismo es una enfermedad con la cual naciste, nunca puedes curarte; tienes que aceptar que no eres “normal”; el camino es largo y difícil, etc.

Sólo te pido que te preguntes si puedes pasar 1 mes sin consumir, ¿y 1 semana?, ¿cuántas cosas de las que te gustaban antes has dejado de hacer?, ¿los consumos te han ocasionado problemas con tus amigos o tu familia; con tu pareja, en el trabajo...?

El alcohol es una droga igual que cualquier otra droga y al igual que otras drogas, una vez empieces a ingerirla te vuelves adicto a ella.

Cualquier persona que consume alcohol con frecuencia no tiene controlado el consumo. No puedes liberarte si no te das cuenta primero de que estás atrapado o en peligro. Muchas personas intentan convencerse a sí mismas de que no tienen un problema con el alcohol, es sólo que no pueden verlo o probablemente, prefieren no verlo. Las personas que la consumen habitualmente están enganchadas. Te demostraré que beber alcohol no te aporta ningún auténtico beneficio y que no renuncias a nada cuando lo dejas. No sólo puedes vivir igual de feliz sin alcohol, sino mucho mejor.

Si estás obligado a emplear la fuerza de voluntad y la disciplina para no beber demasiado, esto significa que no lo tienes bajo control y que estás en una batalla constante de intentar volver a coger las riendas. Una persona lo tiene bajo control de verdad cuando no tiene que emplear el control.

Las adicciones surgen como una solución (temporal) a problemas con raíces profundas.

«No dejo de hacer las mismas cosas demasiadas veces y demasiado a menudo. ¿Significa eso que tengo una adicción?» Esta cuestión es central en el paso 1. Muchas personas repiten comportamientos como beber, hacer ejercicio y comprar de una forma que ellas mismas (u otras) consideran excesiva. Sin embargo, eso no significa necesariamente que tengan una adicción.

Paso 2: ¿Cómo pensar en uno mismo si tiene una adicción?

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